"De Llomachoga al Sarasara, de Agopampa al rió Marán,
desde mi corazón a la santa tierra,
he de sembrar mis versos en tu historia,
he de cantar con el silencio de majestuosos nevados,
he de hilar mis versos en las calles de tu orgulloso pueblo,
mi andina e incaica Llacta, mi Sayla querida.
De las alturas de Chuñochana, al encajonado valle de Quepac,
de la silvestre Moya, al caudaloso rió,
el vuelo del Cóndor planeador me acompaña,
cual dios de un enjaulado cielo,
veloz vigía de extensas y bellas andenerías,
Y más allá en el fin del mirar,
se juntan en un solo canto, el valle, el nevado, el camino, el adiós"